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jueves, 30 de diciembre de 2010

un tango gris

Va tocando mi alma un tango gris, y asoma en el violín la pena de tu empeine, que me acaricia y me roza pero que nunca toca. Le dice el bandoneón al corazón, que al cabo de este tango gris tienen que soltarte mis brazos. Respiras en mi pecho y se desborda la bohema alma mía, la bohemia alma mía que te abraza. Nadie nos ve y nada es todo en esta complicidad tan nuestra y tan ajena, tan intima y tan lejana, si al cabo de ese golpe el bandoneón y el violín se callan, mas de que manera calmo yo los ecos que retumban en mis ansias. Y te ame te juro que te ame en esos tres minutos que Di Sarli toco, pues todo te entregue aun más que yo mismo pues a corazón abierto algo en mis venas contigo bailo.

deseos al viento

Tanta fe, tanto silencio entre tantas palaras a flor de piel trepándose por la paredes de mi habitación. Tanta paciencia derramada, tanta pasión entre mis manos, tanta luna puesta en la mirada. Tanto que no sabes cuanto a de acabar y empieza de nuevo justo cuando parece terminar, tantas hojas secándose entre la almohada. Tantos incendios y tantas cenizas, tantos besos peliándole a la prisa, tanta brisa envuelta en una sonrisa. Tanto que alcanza siquiera a ser casi nada. Tengo ganas de abrazar sin saber que me soltaras, tengo ganas de que me acompañes a caminar

martes, 28 de diciembre de 2010

Dyango _ Un Loco Como Yo _ De Armando Manzanero

lugares comunes

Dicen que me espera un gran amor, que todos mis intentos son simples pruebas para algo realmente grande. Mis amigos y quienes conocen de mis vuelos me dicen a diario que voy a ser un hombre tremendamente feliz. Sin embargo el día pasa y siempre llega la noche, la soledad se despierta desde mis ojos y hace llegar la madrugada, al día siguiente todo pasa más a prisa como si ese tiempo que se escapa te trajera más cerca de mi… y te siento llegar y no llegas, y te siento venir y no vienes; y me abrazas, a menudo me dejas solo y me sonríes mientras lloro, me besas y te alejas como si nunca hubieras llegado. Sin embargo no estás, y ya no tienes ni rostro, ni voz, como no tiene valor sentarme a escribirte, ya me lleva la corriente y no sé dónde voy ¿dónde te guarda el amor tan lejos de mi? ¿Cuánto más tendré que desnudarme para que me veas? Ni siquiera me miras, ni siquiera me ves. De a poco subo y vuelvo a caer y me empujas en vez de ayudarme a subir, destruyes tan fácil lo que tanto costo construir, me abrazas como si tuvieras la felicidad en el pecho y así de fácil la arrebatas de mí. Dicen que merezco un gran amor pues por mis venas corren cosas pocas veces vistas, dicen que solo tengo que esperar, pero nadie advierte que cada día que pasa algo va muriendo dentro de mí.

martes, 21 de diciembre de 2010

el capricho del viento

Voy a entregarte en las manos un papel en blanco y sin renglones, para que escribas el secreto que guardas. Y voy a regalarte las páginas de mis confesiones para que te emocione mi alma. Voy a pedirle al tiempo que se esconda de mi reloj, a tirar el calendario para no saber los días que pasan sin que llegues a mi vida. Lo admito más de una vez te pienso y me doy cuenta que es inútil escribirle al viento y su capricho que lleva mis letras a cualquier parte menos a tu oído. Yo quisiera encontrarte en alguna esquina mientras caminamos sin direcciones concretas y pedirte que me lleves lo más lejos que se pueda de la soledad, y llevarme contigo la primavera que mientras más tardas se marchita en mi almohada, mas se secan los pétalos en mi cama. Yo quisiera despertarte con mis ganas de amar y encontrar en tu boca una excusa para volver a vivir. Y sentir que existo, que soy más que un idiota que escribe y no resigna cerrar los brazos por si vas a venir. Y es a veces hasta patético, mirarte desde la ventana, buscarte en miradas, inventarte en mil caras, buscarte en mis manos y volverme a rendir, y seguir, y siempre seguir.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Necesidad

Quedaron en el camino las huellas de esos pasos que nunca llegan. La guitarra en la pared con polvo y desafinada, se hacen eco esas canciones que con ella te cantaba y cada letra se derrama desde mi mejilla hasta el final. Y esta pena de madrugada me derrama entre la almohada porque llega repentina y me encuentra sin abrigo, vulnerable, se hace llanto entre mis ojos que poco a poco se apagan. La tristeza se adueña y pretende quedarse; trae consigo en su maleta un viejo calendario amarillento, para recordarme a diario esta desvelada soledad y lleva por las noches sin permiso al desamparo y esa brisa taciturna con sabor a inmensidad. Y me ata a escribir por intentar que leas y que, en una de esas, sientas cual es mi necesidad; ese abrazo que me falta, esa mirada sincera que, sin mediar palabra, hace al corazón vibrar. Estas letras son un grito que se quiebra en la garganta pues ya no repongo fuerzas si es que intento caminar; te lo ruego no permitas que se derrumbe el alma basta solo con tu mano para volverme a levantar. Hasta a dios ya le he pedido que termine con esta agonía, este sin sabor amargo que se llama soledad y me mata a cuenta gotas cada día mas a prisa y parece que termina cuando vuelve a comenzar. Y si es largo este camino dame esperanza que preciso un poco mas de vida en esto de volar; que si no hay viento es más fuerte la caída y preciso de tu aire para respirar, mis pulmones ya se cansan sin el aire que no está.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Aqui me ves

Aquí me ves, intentando recuperar las ganas, esas que tras tus pasos parecían no querer volver. Aquí me ves, amando sin mentiras, ganándome la vida día a día. Me ves abierto el corazón, dejando atrás el pasado, dejándolo todo de lado, cambiando la dirección del juego. Me ves, confesándole al espejo todo lo que siento, y la pasión que me quema por dentro, con solo respirar un poco de tu aliento. Me ves, asumiendo todas esas tristes cosas, que por miedo, sin razón, cobarde o idiota me fue tan difícil confesar. Me ves poniéndome en la piel las ansias renovadas, volviendo en la mañana a intentar si mas, sin nada más. Aquí me ves, bebiéndome la vida en cada abrazo, mirándote y reteniendo lo poco que das, recogiendo las migas de tu desengaño. Me ves así, cayendo para levantarme, llorando para vaciarme y así dejar lugar para sentir, me ves, golpeando los muros hasta derrumbarlos tratando de que no haya entre tú y yo un abismo, robándole a cada momento lo mejor de sí. Ya ves, que voy dejando espacios para cosas nuevas, pues tiene que irse la noche sino la mañana no llega, derramando desde mis venas las mas intimas cosas, para que llegue al alma eso que aun no la completa.