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miércoles, 26 de agosto de 2009

sobre algunas cosas

Aprendí que el día es largo y que la noche se cuela de cuanto en cuanto en mis ojos negros, y que la soledad de estar tan solo no es mas que una sensación, como todas, transitoria y pasajera. Que el silencio habla y las palabras nunca alcanzan, que las cuerdas de mi guitarra se desafinan cuando intentan alguna que otra canción que trae consigo recuerdos, aprendí a aprender y aun no sé nada de lo ya aprendido pues son demasiadas más las cosas ignoradas y las que aun no tengo conmigo. También a robarle momentos al tiempo y dejar a fuego mí firma impresa, a pasar sin pasar, y a dejar huellas por si alguien decide seguir mis pasos. Que en ese mas allá, ínfimo e incierto, detrás de esa línea que me atrevo a diario a pasar están esa cosas que nunca aprendí y que deseo encontrar, que mas de una vez he olvidado por ya haberlas aprendido, y que nuevamente vuelvo a entenderlas y quererlas por nunca haberlas aprendido del todo. Descubrí que hay mas de mi en el espejo y que son precisas mis manos, descubrí que queda más, mucho mas aun que no he sabido ver. Descubrí que al descubrir, descubro cosas que no pensaba encontrar, que detrás de una puerta siempre me espera otra por cruzar.

miércoles, 12 de agosto de 2009

mientras me lees

Hoy, como ya tantas veces, me desperté pensándote y comprendí que el tiempo pasa sin pasar de mucho y deja en mi la sensación de tenerte sin haberte tenido y mi alma, ingenua, que no entiende de razones, de tiempos, ni de distancias, ni de esa tontas cosas que separan a las personas solo te busca sin saber dónde ni cómo encontrarte, aun así aun sin sentido sin razón y sin motivo te busca. Sé que estas aquí leyéndome y si acaso alcanzaran mis palabras a llenar los espacios vacios de tu alma, sé que me sientes, como la caricia que te roza la piel en las mañanas y el poema de mis besos perfectos de madrugada. Sé que no sé, ni lo sabré entonces, y duele saber sin saberlo, que no coincidimos en este rebuscado e intrínseco enredo del destino. Te miro, me miras, te escribo y me lees, te pienso y me sientes y en vano son mis intentos por tenerte conmigo pues te escapas de mí, como la arena se escapa entre mis dedos. Mañana volverá a ser ese mañana que nunca llega colgado hoy en mis pensamientos más sinceros en el espejo.

martes, 4 de agosto de 2009

Y todo empieza en tus manos

Y todo empieza en tus manos. Mis dedos curiosos e impacientes se asoman a tu piel tímidamente como quien busca la frescura del roció en las mañanas y en la palma de tus manos dibujo círculos que van despertando tu piel. Y como arena entre tus dedos mis caricias, enormes y precisas, van subiendo por tus manos blancas, y todo empieza en tus manos. La silueta de la luna, intrépida y llena de insomnio, nos mira celosa pues tu piel en su luz se hace mas suave y pierdo poco a poco la noción de la realidad y ella, también sabe, que todo empieza en tus manos y es sólo el principio del camino intenso que siempre es nuevo a pesar de haberlo ya recorrido. Y todo empieza en tus manos y las mías suben deslizándose en tu piel. Y tus dedos en mis labios, y el sublime momento del contacto. Y sube como buscando el cielo de tu boca por cada milímetro encendido de ti. Y ahí estas, esperándome, haciendo el viaje hasta tu boca un paseo de ida y vuelta, circular y siempre nuevo, ahí están tus labios esperándome, los míos ciegos, van perdiendo el control para elevarte, para llevarte en mis brazos mas alto que sol y volver, siempre volver a llevarte otra vez. Y todo empieza en tus manos y todo vuelve en tus manos.