La serie infinita de cambios; se siguen sucediendo en este constante presente, me ha traído hoy hasta este, el único lugar posible donde estar. Me descubro desnudo, desprovisto de ambiciones superfluas y liviano, sin nada que cargar. Predispuesto, como abraza el instante al tiempo. Amoroso, como la noche que envuelve a la luna y la deja brillar. Me descubro en paz, la paz que sucede y acontece de la coherencia, de la indescriptible cesación de toda búsqueda. Sumergido en la intransferible experiencia de vivir conscientemente cada instante. Algunos pueden verme y ser ese destello de luz que se multiplica cuando más se comparte, otros, aun sin poder verlo, son testigos de las potencialidades. Mi vida se ha vuelto un perpetuo experimento sobre mí mismo y acontece diariamente un entendimiento mayor, que simplemente sucede, que sencillamente está ahí todo el tiempo, al alcance solo de quienes logran dominarse a sí mismos. El alma y el corazón están dispuestos, y en constante expansión.

sin miedo

Su mirada me desnuda. A veces coincide con mis ojos expectantes y en ese efímero instante puedo verme completo en sus ojos. Su alma me interroga sin mediar palabra, el sutil gesto de sus manos me invita, a perderme por completo, a entregarlo todo otra vez. Ud. me mira así y no sé si es consciente de lo que en mi genera, tenue calma por fuera, intensa tempestad por dentro. Cierro mis ojos y puedo abrazarla con el alma, y Ud. me mira dándome alas, invitándome a la aventura de existir, a desbordarle el alma y a amarla sin medida, sin límite, sin miedo y sin piedad. Eso que me piden sus ojos, permítase vivirlo, déjelo salir si Ud. se quita el manto del miedo yo la acompaño a existir.