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viernes, 31 de enero de 2014

De paseo por el corazon


Dejar que la poesía haga su magia. Que se manifieste desnuda y quede impresa el alma en este papel. Pensar en escribirte y que sea sólo eso, palabras para acariciarte sin que suceda nada mas después del punto que finaliza la oración. Palabras para amarte sin intensión, sin prejuicios, sin más que este sencillo corazón. Sin importar entenderlas o no, explicarlas o no, sólo sentirnos, como ese abrazo que envuelve, como esa mirada que dice, como ese corazón que se abre cuando la mente se calma. Un acto de amor, de libertad, de desapego. Pensar en escribirte es la mañana donde cuesta despegarme de tus brazos para ir a trabajar, es parar el reloj para quedarme un poco más, es olvidarme de desayunar por no perder tu calor mientras duermes. Dejar el alma es perderme contemplando la manera en que tu pelo cae y te acaricia los hombros mirándote en el reflejo de alguna vidriera céntrica mientras preguntas sobre ese vestido del que nunca advertí su existencía. Amarte es tan sencillo, tanto que ni siquiera preciso tu voz, ni tus manos, ni una larga discusión. Es tan fácil que no hacen falta tus ojos mirándome, viéndome o no, ni tu presencia, ni tu ausencia, ni tu aliento, ni la ropa en tu cuerpo o sin el. Amarte es tan sencillo que nada necesito, tan grande que no cabe en ningún espacio, tan perfecto que no se limita a ningún lapso de tiempo. Amor es tan lleno de todo, que no preciso si quiera entenderlo.

sábado, 18 de enero de 2014

Bitácora 02

Esta es una extraña noche, el barco se mueve lento y va dejando su estela sobre el mar, desde esta cubierta la vista es increíble. No recuerdo ya que día es mucho menos la hora, deje todo tipo de comunicación en tierra, como si este viaje fuera un excusa para apartarme del mundo. Esta noche el universo es un inmenso lugar, desde su manto de estrellas el espectáculo de la galaxia parece brindar su mejor versión, el horizonte del mar no se ve en la oscuridad y no sé dónde termina el océano y empieza el cielo. Como si estuviéramos navegando por el espacio, parece, por momentos, que pudiera con mis manos tocar las estrellas. Este viaje fue un movimiento constante de emociones, como si en cada centímetro de navegación algo en mi interior manifestara sus misterios, la euforia, la sorpresa, la nostalgia y en esta noche en particular, una fría melancolía. La realidad cayo desprovista de ropas, y me descubrió en esta imagen, que una vez soñé vivir a su lado, solo. Pensar que este era nuestro viaje romántico, una especie de invento de mi alma enamorada por salvar lo poco que nos quedaba y que inevitablemente se perdía hace tiempo en sus ciegas miradas. Cecilia permanece conmigo, aunque su presencia sea sólo esta sensación de amarla de todas maneras. Esto no es siquiera dolor, muchos menos melancolía, no al menos la de antes, todo es nuevo, esta sensación de amar en soledad nunca antes la había sentido. Y como todo lo nuevo se hace muy difícil de explicar. Por momentos siento que mi corazón quiere desagotar ese desamor, de otra manera no podría explicar estas intensas lagrimas, que no son si quiera de dolor, que no son siquiera de duelo. El camino del amor tiene intrincados recorridos, pero todos inevitablemente llevan al mismo lugar, al encuentro, despojado y desnudo, de mi alma en sus más sinceras manifestaciones. Algo muy grande sucede por dentro, algo que eriza cada célula de mi cuerpo. Quisiera regalarle a ella esta noche, la noche más inmensa jamás contemplada por mis ojos, la noche en que de seguro la fuerza de mi amor en pensamiento tocara su oído una vez más. Que cerca de Dios, que cerca de mí, que lejos del mundo me encuentra la luna. Recorro la proa del barco, y mis charlas conmigo llegan a profundidades nuevas, como si ella pudiera escucharme, como si acaso abriera su alma y comprendiera lo valioso de lo que perdimos, lo inevitable de lo que ganamos. Quizá este momento es simplemente perfecto, sin su empañada presencia, sin su ausencia.

miércoles, 15 de enero de 2014

Corazón de luz


Un corazón de esos, inagotables, frágilmente fuerte. Este corazón que dios me ha dado se me sale del pecho, tiene alas, vuela en tempestades, y siempre se renueva. Un corazón que gobierna mis células dando brillo y dirección a esos pensamientos que a veces se pierden. A veces de fuego, a veces de tierna calma, de agitada pasión, de inmensa paz. Late libre como el viento y sabe conquistar anhelos nuevos, cuida con recelo sus tesoros, contagia a quien lo acaricia y lo sabe ver. Difícil de lastimar, tan fácil de querer, incorruptible, paciente, inundado de fe. Corazón de lluvia y viento, de poesía y tiempo, de bendito romanticismo. Corazón tan despierto, tan vivo, hermosamente vivo.

martes, 14 de enero de 2014

al otro lado

No vayas donde no pueda acompañarte, no cruces ese umbral donde no puedo seguirte. No vayas al miedo, cruce por sus laberintos y encontré la salida, no me pidas te acompañe a volver por allí. Camina al lado mío, a paso lento pero con firmeza, camina de mi mano, no mires atrás, las estatuas de sal van minando el camino. Acompáñame del otro lado del puente, confía yo conozco el camino, descúbrelo con los ojos abiertos, con el corazón dispuesto. No vayas por favor donde no te pueda seguir. Mis pasos descalzos atraviesan el fuego del suelo, no es lo que ves sino lo que crees que ves lo que se trasforma a medida que miras, no vayas por favor, cargando la duda que paraliza, no vayas, por Dios, a ese lugar donde no te pueda abrazar. Sé que le temes a aquello que no conoces, que prefieres tal vez esta orilla, no me pidas que me quede en este sitio del que luche por salir, si acaso vieras, al menos un segundo, lo que vive del otro lado ya no podrías volver atrás. Te espero allí, cuando estés lista para cruzar, pero por favor no me pidas que deje de caminar.

jueves, 9 de enero de 2014

Almas Gemelas

Muéstrame tus dudas, enséñame tu coraje, despójate de todo prejuicio, desnuda tus más humanas contradicciones. Ahora mírame, no somos tan distintos: también tiemblo, también dudo, también confió, también sueño, también amo. Igual que tú, tengo un corazón intenso, un alma con alas, un propósito que me mantiene despierto. Ahora abrázame, cierra tus ojos y siénteme. Respiro igual que tú, hay calma en nuestro abrazo, hay fé en la esperanza; hay pasión corriendo por las venas. Acaricia con tus manos mis mejillas, llévame pegado a tus pupilas, suspírame, envuélveme de amor. Ahora me ves, somos tan humanamente iguales ¿Qué nos impide amar?