Ni en el infinito universo de lo inimaginable hubiera pensado en manos así, ni siquiera en el más remoto intento se me ocurriría inventarte. Sin embargo estas en mis brazos y el mundo me sabe bien, parece un lugar mejor. Pasa el tiempo en tus abrazos y no consigo retenerlo un poco más, se esfuma y llega un beso nuevo a ocupar su lugar. Estas en cada cosa que respiro, en los reflejos casuales donde me miro. Y sé que entre tu mundo y el mío hay un puente de ida y vuelta que de tanto en tanto nos atrevemos a cruzar.
Extiendo las palmas de mi alma para invitarte a vivir en mí, expando las manos de mi amor, las puertas abiertas de nuestra casa. Descansa en mí.