
Y me quedaron en los labios los besos que no alcanzan. Me quedo en la piel la sensación de haberte tenido y no saber con certeza si fue cierto o me lo imagine. Mis manos aun te buscan entre las sabanas apasionadas. Tu cuerpo claro, tu piel de terciopelo, tu voz temprana envolviéndome.
El estrecho puente de tus ojos cruzare hasta tus labios por hallar la rima al poema de tus manos.
Y no hay distancias que separen nuestros cuerpos, no hay calladas palabras que expliquen tu suavidad. Pues no hay nada que no huela ti.