TRASCENDER

Fue por que viví y bailé, camine a solas por calles intrincadas, volé y viajé a rincones inhóspitos, me abrace a la cintura del amor para volver a bailar, trabajé a deshoras y sentí el cansancio placentero de la tarea cumplida, descanse después y soñé otra vez cada nuevo viejo sueño. También morí, también sonreí mirando a la muerte a los ojos y diciéndole que aún no es tiempo, que aún queda mucha vida por vivir. Caí para levantarme, baile para volver a bailar, amé para seguir amando, vivir para intentar una vez más, si crees que vienes a hacerme temblar, yo vivo temblando por vivir así en intensidad. Me crucificaron, queriendo silenciar mi verdad, resucite a los pocos días reafirmándola. Trascendí el cuerpo, el miedo y el dolor, para seguir siendo a diario una mejor versión. Me encontré contigo y te abrace sin más, sin más ni menos que con alma, y la más pura intensión de amar.

alessandra ferri and sting

Todo comienza en ti, el suspiro de tus ojos, las ganas de huir. Todo vuelve a ti, el regreso del viento, el sueño perdido que te di. Bailas en mis brazos de aire y me besa tú mirada una vez más, y otra vez más, tus manos, hermosamente tus manos.  Respírame, sostiene tu mirada en mi, sin tiempo, sin prisa, quédate a descansar así, envuelta en caricias, inundada de mi. Abre tus alas al vuelo,  déjame extrañarte desde aquí,  regresa al refugio de paz que construí para ti, repone tus sueños y vuelve a salir. Todo comienza en ti, todo vuelve a mí.

EL BESO DEL SER

Estas ahí, parada frente a mí, justo colgada al brillo enamorado de mis ojos... ¿Me ves? ¿Acaso puedes advertir lo que quema por dentro? ¿Que sucede si me acerco? Casi puedo sentir como se eriza tu piel sin roce, como se agita la respiración, como se va acelerando el corazón. Por las venas circulan torrentes inmensos como un rio bravo atravesando las piedras de tus dudas. Te animas? Me puedes respirar? Mis manos ya te toman, y la caricia sin prisa nos mide la piel, siento caer las murallas de los miedos y se rosan nuestras bocas, el silencio devela el sentir. Con los ojos cerrados te puedo ver, con el alma en los labios te besa mi ser.

LA VENGANZA DEL AMOR

Me vengue de ti con más amor, respondí a tu enojo en el silencio de mis brazos. Tome tu frustración, aunque entendí que no era hacia mí. Logre pararme en un lugar y pude ver con claridad el profundo amor detrás de tus enojos, de tus heridas, de tus maltratos y ese interrumpido amor hacia los hombres, hacia tu padre primero, hacia mí en representación. Más la vida quiso esta venganza de amor, que no es una escalada hacia arriba sino más bien un descenso escalonado de tensiones. Así cada grito fue vengado con una caricia que lo acalla, cada insulto fue castigado con una mirada más amorosa, cada reclamo fue compensado con un abrazo más largo, más intenso que la herida misma. De esta manera paso el tiempo, el enojo descendió tanto que pudo verse con claridad lo que habitada en las profundidades. Y fue tan despiadada mi venganza de amor que al tomarla tú, no podrías nunca devolver y compensar. Ese roto equilibrio fue digno, y la solución fue salir del laberinto por la misma puerta de entrada. Solo que esta vez ya no éramos los mismos. El enojo quedo encerrado en ese laberinto y la venganza del amor desnudo imágenes de solución. En mi corazón agradezco el lugar privilegiado que me toco ocupar, en representación de todos los hombres, un lugar de sanación, de reconocimiento, de humilde transformación. Los vínculos permanecen inalterables aun sin relación y es esta venganza de amor la que nos permitió limpiar aquello que no es nuestro y sin embargo nos pertenece.

Dar y Tomar

Tengo ganas ya de caminar junto a ti pisando las hojas secas, susurrarte al oído lo mucho que te he pensado últimamente. Me vienen de repente impulsos de abrazarte y así honrar el lugar que supiste ganar en mi corazón. Quisiera llamarte sin motivo, sin sentido por el sólo placer de volver a escuchar tu voz. Quisiera tomar tus manos en la mías y quedarme inmerso en esa suavidad; que se imprima en el alma ese instante; de alzar la mirada y encontrar tu sonrisa iluminada, tu mirada enamorada de la mía, el suspiro que antecede al beso, a la cercanía, al segundo de sentirte respirarme antes de besarnos, antes de soltar mis ansias, antes de impregnar tu sabor en mi boca, tu aliento en mi alma. ¿Por qué te separas? ¿Por qué detienes mis alas? ¿Qué sucede en tu interior cuando cierras las ventanas, cuando ya no nos queda nada? Dime que esta vez me acompañaras, dímelo en la mirada, dime que este viaje sigue, que sólo es una pequeña parada para tomar fuerza y volar más alto. Dime que me tomas, que me ves, que eres capaz de trascender mi piel. Dime que es parejo este ida y vuelta, que podemos fluir sin contener, que podemos ser uno sin dejarnos Ser, que podemos crecer juntos ayudándonos, conteniéndonos, amándonos con toda honestidad, sin piedad y sin pena, dejando de lado el calendario y el reloj, dime que podemos unirnos con Dios

SE PUEDE AMAR

Se puede amar, que no te asusten mis ganas. Se puede besar el alma en un suspiro, si me miras, si me tomas, si me ves. Deja que hoy te cuente en silencio, lo que quema por dentro en cada roce de tu piel, déjame apagar el tiempo en la caricia que limpia las lágrimas del desamor, déjame borrarte de un beso los besos que no supieron besarte, los ojos cerrados que no pudieron verte. Si supieras lo que se agita este corazón en tu presencia, lo que late por mis venas al abrazarte así, así reconociéndote, así apretándote en mi pecho, así traspasándome por dentro, transformándome, reviviéndome el alma. Se puede amar así, intensamente, con las puertas abiertas del corazón, tomándonos, entregándonos, sintiéndonos, dejando la piel, desnudándonos los miedos. Se puede amar, te puedo amar, te quiero amar.

SIN PRISA Y SIN PAUSA

Los movimientos del alma se suceden de manera ininterrumpida, y te pienso y puedo sentirte abrazada a mí. El huracán de tu mirada arraso con todo, dejándome sin nada, con todo, desnudo, brillando en la oscuridad. Quédate ahí, justo donde estas, quédate en el abismo de mis ojos , siénteme respirar, desliza la caricia de tus manos sobre mi rostro taciturno y lejano, honesto y sin tiempo, profundo como el mar. No me pierdas otra vez, no esta vez, ya no sé si podría soportar la tonta idea de buscarte sin cesar, en todas la miradas, en todas las canciones. Quiero abrazarte en silencio, que descanses en mi, sin prisa y sin pausa, que la vida nos elija a los dos para vivir.